Delfos.
Fue aquí donde estuviste desnuda recibiendo a los desesperados.
Donde inhalabas el alma de Apolo, donde tu cuerpo se fundía
y de tu boca salían las indescifrables palabras del divino.
Donde a metros bajo tierra la luz quemaba tus entrañas.
Fue aquí donde tu voz se hizo eterna, donde decidirían
guerras, desastres, venganzas y herencias.
De ello quedan ruinas amontonadas, amarillas.
Fue aquí, donde aún se respira tu esencia.
I. P. H.
No hay comentarios:
Publicar un comentario